19.10.2007, Guatemala, Fundacion Myrna Mack
Con gran preocupación por las características que han
imperado a lo largo del proceso electoral, particularmente en el
tránsito hacia la segunda vuelta de votaciones, la
Fundación Myrna Mack comparte con la opinión
pública las siguientes reflexiones:
1. En pocos días acudiremos a las urnas de votación a
elegir Presidente y Vicepresidente de la República para los
próximos cuatro años, culminando así un proceso
electoral que ha transcurrido en medio de altos índices de
confrontación, agresividad y violencia política.
2. Estamos viviendo una fase previa a la segunda vuelta especialmente
convulsa que, como lo fue la etapa anterior a las votaciones generales,
ha carecido de espacios para el debate de las propuestas
programáticas de los candidatos presidenciales. En cambio, ha
sido prolífica en insultos, acusaciones y ataques, entre otros
comportamientos que pervierten la política y hacen que
ésta sea percibida como sinónimo de engaño,
aprovechamiento y manipulación, por decir lo menos.
3. Adicionalmente, las organizaciones partidarias han eludido abordar
frontalmente el tema de las estructuras criminales que orbitan en su
entorno, lo cual impide contar con elementos de convicción
respecto de qué tanto los candidatos y sus equipos clave
desplegarán acciones y esfuerzos orientados a combatir el
influjo de los grupos de la delincuencia organizada. Debemos tener en
cuenta que los cabecillas criminales y sus cuadros operativos no han
reparado en costos -sin importar su índole-, con tal de
asegurarse espacios de influencia en la correlación de fuerzas
políticas que se renueva con cada elección. Más
allá de increparse mutuamente vinculaciones criminales, ni los
candidatos ni los dirigentes partidarios han hablado con claridad,
firmeza y contundencia sobre este delicado asunto, ni han esbozado
ideas de cómo piensan repeler estas influencias en un eventual
ejercicio gubernamental.
4. Mientras la mayoría de la población quedó
irremediablemente expuesta y sin alternativa a los discursos virulentos
y a las promesas ilimitadas de siempre, solamente unos pocos sectores y
organizaciones debatieron sobre los factores que han dominado el
proceso. Los medios de comunicación han contribuido a ese debate
y se ha creado una fuerte corriente de opinión pública
que rechaza la penetración criminal y demanda su
desmantelamiento. Sin embargo, las fuerzas políticas que
deberían diseñar estrategias para combatir la amenaza que
genera el crimen organizado sobre el quehacer político y
gubernamental, no resultan convincentes cuando se trata de abordar con
claridad esta cuestión impostergable.
5. Preocupa sobremanera que los candidatos finalistas, Álvaro
Colom y Otto Pérez Molina, no hayan concretado estrategias y
planteamientos susceptibles de ser considerados verdaderas opciones
para el desafío que tenemos pendiente: impulsar acciones que
reviertan -¡Ojalá con relativo éxito!- la
situación de pérdida de gobernabilidad que aqueja al
país; y desactiven las tendencias negativas que definen nuestra
convivencia en materia de violencia y criminalidad,
confrontación, conflictividad y enorme desigualdad que provoca
altos índices de precariedad social y económica.
6. En lo que respecta a Colom, muchas de sus propuestas son abstractas,
y otras son puntuales en extremo. Por ejemplo, en los temas de
promoción del desarrollo y combate de la pobreza no hay
concreción, de suerte que, tras escuchar sus discursos y
propaganda, sólo queda la idea general de que promete un futuro
mejor en esos ámbitos. En el caso de la seguridad, se observa
una lista de temas y acciones, pero no estrategias o propuestas
integrales. A pesar de que su campaña para la primera vuelta de
votaciones fue sumamente vaga, las ofertas calaron en el ánimo
de conglomerados rurales, campesinos.
7. Su candidatura, labrada a lo largo de varios años, se
sostiene en una estructura partidaria (la UNE) con presencia nacional,
pero que evidencia problemas de cohesión. Esto genera la
percepción de que podría empezar a desgranarse al
enfrentar las primeras crisis o controversias internas. El perfil de
Colom, a pesar de que se le reconoce experiencia en manejo de asuntos
estatales, no genera certeza de que actuará con firmeza en caso
deba enfrentar situaciones conflictivas, complejas o difíciles
en caso sea electo, porque sin duda deberá enfrentarlas y con
frecuencia.
8. Esta percepción se consolidó en julio pasado, cuando
dos de sus diputados contravinieron la línea partidaria de
aprobar la creación de la Comisión Internacional contra
la Impunidad en Guatemala (CICIG). Intentó eludir el problema, a
pesar de que hubo acusaciones directas de que la falta de
alineación podría obedecer a influencias de estructuras
criminales que estarían orbitando alrededor de la UNE y que,
incluso, habrían atentado contra el estratega de su
campaña, José Carlos Marroquín, quien finalmente
renunció al partido y a su cargo porque las amenazas
persistieron.
9. Otto Pérez Molina ha construido una imagen de líder en
la lucha contra la delincuencia, aprovechando que amplios conglomerados
sociales sitúan a la violencia y la criminalidad a la cabeza de
sus preocupaciones. El candidato del PP convirtió el clamor
ciudadano por la seguridad en el centro de su campaña,
recurriendo al mensaje de la mano dura en un país donde hay un
vasto apoyo al linchamiento, la limpieza social y las soluciones
radicales contra los delincuentes. Esto sedujo con especial
énfasis a residentes de la ciudad capital, de la región
central y otras áreas urbanas, donde se siente con mayor crudeza
el embate criminal.
10. Pero es precisamente ese discurso duro, así como su
trayectoria como Oficial del Ejército de Guatemala, lo que
despierta temor y rechazo en sectores que ven en el planteamiento de
Pérez Molina el peligro de retornar a los esquemas represivos
que imperaron durante el régimen militar y la época
contrainsurgente. Causa profunda preocupación la posibilidad de
que imponga esquemas represivos, en detrimento de los modelos
democráticos contenidos en los Acuerdos de Paz. Dado que la
seguridad ha copado su intervención como candidato, la
opinión pública en términos generales desconoce
sus propuestas en otros ámbitos fundamentales, como la
política fiscal o lo concerniente al desarrollo, por mencionar
algunos.
11. Su candidatura y su ascenso en la ruta hacia el ejercicio del poder
público recrea temores e inflama posiciones ideológicas,
ya que Pérez Molina simboliza -irremediablemente- a un bloque de
poder real –el militar-, cuyas acciones durante el conflicto
armado causaron un hondo sufrimiento a la población, sobre todo
a los conglomerados que padecieron en carne propia el genocidio y las
masivas violaciones de derechos humanos.
12. La ausencia de debate programático, ocasionada por la falta
de voluntad de los candidatos de someter sus propuestas a un escrutinio
más detenido, impide tener información confiable sobre
qué políticas, estrategias y programas pondrían en
marcha al tomar posesión de la Presidencia de la
República. Esto ha fomentado el rumor, la desinformación,
la incertidumbre y la falta de confianza; y la proliferación de
especulaciones sobre que hay estructuras criminales, rivales entre
sí, acechando en las proximidades de ambos candidatos.
13. Este evento electoral ha estado plagado de elementos negativos,
algunos de ellos mencionados al principio de este documento, pero es
preciso resaltar como los más dañinos la violencia, la
penetración criminal, los gastos millonarios desmesurados y poco
o nada transparentes, así como las estrategias de mercado que
explotan sin reparo las necesidades de la población.
14. El dinero y los financistas se han convertido en los verdaderos
protagonistas de las elecciones, casi en igualdad de condiciones que la
delincuencia organizada y sus acciones para penetrar órganos
partidarios. Esto constituye un punto más de vulnerabilidad para
los partidos políticos, en la medida que su triunfo ya no
está sujeto solamente al aprecio de la población, sino
que ahora más que nunca dependen de quienes poseen el dinero
(habido legal o ilegalmente) para seguir vigentes y luchar por
conquistar espacios en el flujo del poder público.
15. Es indispensable identificar qué lecciones dejan estas
elecciones, para aprender de los errores y evitar que esos factores
negativos sigan estableciendo un dominio sobre procesos futuros. Esto
sólo puede lograrse con el concurso de los partidos
políticos y los candidatos, porque de ellos depende la calidad
del proceso electoral y la altura de la contienda política. Pero
también es indispensable que el Tribunal Supremo Electoral haga
lo propio y recupere el verdadero sentido de su papel como autoridad en
la materia.
16. A la ciudadanía corresponde la tarea de ser más
demandante, a efecto de impedir que algunos aspirantes a cargos
públicos y dirigentes partidarios desnaturalicen la
política y las elecciones. No debemos olvidar que estas
actividades democráticas formales son las que nos permiten
seguir en la ruta hacia la construcción de una democracia
sustantiva.
17. Es nuestro derecho y deber acudir el próximo 04 de noviembre
a los centros de votación, a emitir el sufragio a favor del
candidato de nuestra preferencia. Pero no debemos entregar un cheque en
blanco o desentendernos tras emitir el sufragio. Es indispensable
adoptar un compromiso ciudadano de participar con seriedad,
responsabilidad, objetividad y sentido crítico en la
fiscalización del ejercicio del poder público; y demandar
sin tregua el ejercicio pleno de los controles democráticos
políticos, jurídicos, constitucionales y presupuestarios,
a efecto de impedir que ocurran desmanes y retrocesos.
18. El desafío nacional es fortalecer el Estado de Derecho,
profundizar y ampliar las prácticas democráticas, y ganar
al menos una autonomía relativa del Estado frente a los poderes
reales, nacionales y transnacionales, porque sólo de esa manera
podremos crear una sociedad donde haya un reparto más equitativo
de la riqueza, mejor acceso a la educación, la salud y la
justicia; modelos de seguridad ciudadana acordes con la democracia y
estrategias eficientes en el combate contra la pobreza, entre tantas
otras asignaturas que tenemos pendiente abordar desde hace muchas
décadas.
Guatemala, 19 de octubre de 2007
Cooperación
World Coalition Against Torturers (WCAT)
Direccion del proyecto
Bianca Schmolze
Bianca Schmolze es administradora de empresas diplomada
y trabaja desde el ano 2002 en la Ayuda Medica para Refugiados. Despues
de ser responsable para la buzqueda de fondos ella esta la responsable
de la campana "Justicia es salud" desde 2004. Ademas tiene un mandato
del concejalía municipal de Bochum.
Tel.: +49-(0)234-9041380
Fax: +49-(0)234-9041381
(Jueves y viernes)
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