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Medizinische Flüchtlingshilfe Bochum e.V.

Gerechtigkeit heilt –
Der internationale Kampf gegen Straflosigkeit

Internationaler Kongress vom 14. bis 16. Oktober 2005

Ramón Custodio Lopez
Comisionado nacional de los Derechos Humanos de Honduras

IMPACTO DE NUESTRA LUCHA EN CONTRA DE LA IMPUNIDAD

En el libro "EI mundo de las coincidencias", su autor -un médico argentino-, define la coincidencia como todo aquello que sucede con un propósito; en tanto que el psiquiatra estadounidense Bernie Siegel considera que "Las coincidencias no son más que los medios que Dios usa para permanecer anónimo", mismas que Jung hizo depender de la cronicidad. Citados así para tratar de explicar mi presencia hoy y aqui, en esta conferencia, como una más de esas tantas coincidencias, pues mientras mi amigo Knut Rauchfuss me buscaba para invitarme, yo ya estaba en camino hacia Europa, atendiendo otros compromisos.

De acuerdo a la norma latina "Dura lex sed lex", que traducimos en español como "La ley es dura, pero es la ley", podriamos interpretar que la ley se aplica a cualquiera en cualquier caso y circunstancia, sin distinción ni discriminación alguna, bajo el supuesto de que todos somos iguales ante la ley.

Con normas como la citada, el Estado nos educa para ser sumisos en todo, porque de eso depende la ley y el orden tan caros al sistema de dominación autoritaria, tan propia del Estado moderno. Cada ley emitida, no siempre con el debido respeto al contrato social, nos dice que es delito cualquier acción cometida voluntariamente en contra de sus disposiciones legales, y que, por tanto, todo delito se castiga con su respectiva pena, independientemente de la raza, condición social, género o sexo; por el supuesto principio de la igualdad de todos ante su majestad la Ley.

Prima facie, esta norma suena muy bien, pero en la práctica la cosa cambia cuando la ley es aplicada con el doble estándar de "la ley para mis enemigos y para mis amigos la tolerancia o aquiescencia, la permisividad y hasta la impunidad". De modo que la justicia al igual que otros derechos no es un derecho igual todos, sino más bien un privilegio para algunos, y mejor aplicada a los bienes y a las riquezas que a la persona humanana y a bienes bienes juridicos.

Por las razones anteriormente apuntadas es que cuando visitamos cualquier cárcel, vemos el rostro de la pobreza y de la exclusión en casi todos los privados de libertad, sin sentencia o sentenciados. Vemos, cuando el sistema no nos ha cegado, que la mayoría tienen edades dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), pero que nadan en la nada de la nada, en las angustiosas aguas del desempleo y que muchas mujeres han sido inducidas al delito por su propia relación de pareja, y que muchos de los actos punibles por los cuales son juzgados son el resultado de la violencia propiciada por el alcoholismo y la drogas cuya comercialización son uns fuente más de enrriquecimiento ilícito. Alli casi nunca vemos ricos ni autores de violaciones a los derechos humanos, sea por acción directa o indirecta o por omisión, por lo cual crece más y más el sentimiento popular de que la justicia es una serpiente que sólo muerde al pie descalzo. De modo que la exclusión también funciona en en el sistema de justicia, y cualquier forma de desigualdad en esta materia que resulta en la punición de los pobres y en la impunidad de los ricos y de los poderosos. Un sistema definitivamente insalubre para la mayoría.

Uno de los desafíos en la procuración de justicia en contra de los violadores de los derechos humanos, es la verdad que debemos tener sobre cada uno de los hechos juzgables, un desafío de alto riesgo desde el principio hasta el final de cualquier investigación sobre las violaciones y sus autores directos e indirectos o intelectuales.

Conforme se conoce la verdad entran en juego los tres principios del maestro Buda: ¿Es verdad? ¿Es necesario decirla? ¿Qué bien hago al decirla?

La procuración de justicia pone a prueba todo el sistema, sobre todo el subsistema de la justicia penal, y desafía nuestra capacidad para indagar e investigar sobre la verdad de los hechos en cada violación denunciada públicamente o en las instancias judiciales competentes.

Hoy decimos que tanto el respeto como la restitución de cada derecho violentado es exigible, y en esa senda nos guiaron los mártires históricos de los derechos humanos en Centro América. Su sacrificio es el testimonio permanente de su fe, cuando el simple hecho de la verdad de algunos hechos los Ilevó a exigir justicia, y con ello al sacrificio de sus vidas ejemplares:

Ese es el testimonio de la muerte fisica de monseñor Oscar Arnulfo Romero, sacrificado en EI Salvador, inmolado en el propio altar desde donde su palabra ofendió a los asesinos de su pueblo, cuando dijo: "OS RUEGO; OS EXIJO NO MATAR...". Y en ese mismo altar recibió en su propio corazón la bala asesina que le disparó un campeón de tiro al blanco, que gozó de la impunidadad.

O el asesinato de monseñor Juan Gerardi en Guatemala, inmediatamente después de darle a su pueblo su Recuperación de la Memoria Histórica (REHMI); revelando la verdad de muchos de los innumerables crimenes contra los derechos humanos de tantas víctimas; crimenes cometidos por los militares en ese pais de mottu propio o cumpliendo órdenes de sus patrones politicos; luego, durante el juzgamiento de los autores directos de su asesinato, por lo menos tres de los fiscales acusadores tuvieron que escapar de la muerte mediante su exilio.

Y más recientemente el asesinato de los seis jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA), también en EI Salvador, que nos dejó la lección de la diferencia que hizo la investigación independiente de los abogados de la Comisión Internacional de Juristas, develando la verdad encubierta por los mecanismos oficiales. Una lección que ya se nos habia dado en la investigación independiente del doble asesinato Letelier-Moffit, en Washington, como parte de la Operación Condor, propiedad intelectual y material de las tiranias del cono Sur, conjuntadas en un proyecto transnacional del terrorismo de Estado, .

Afortunadamente el hambre y la necesidad de justicia sobreviven a cualquier peligro y amenaza, y en prueba de ello la Procuraduría de Derechos humanos de Guatemala acaba de incautar uno de los archivos de los cuerpos represivos, en cuyos millones de folios se encientra la verdad de ciertos hechos, que abre la esperanza para someter a la justicia a los posibles rsponsables.

Otro ejemplo de cómo debemos practicar una de las cinco virtudes de Confucio, la de ser diligentes con ingenio para obtener resultados, es la famosa descodificación de los documentos secretos del gobierno de los Estados Unidos de América, después de transcurridos diez años sobre hechos acontecidos en nuestros países, casi siempre con su autoría intelectual y hasta complicidad. Hasta ahora todos los documentos que se nos entregaban estaban bloqueados con un borrador negro, que los hacia practicamente ilegibles.

Sin embargo, el reciente libro The Chavez Code, de una periodista y abogada estadounidense, es un libre histórico que nos da la verdad sobre el último golpe de Estado en contra de Hugo Chávez en la República Bolivariana de Venezuela, precisamente en documentos que su autora obtuvo sin borrones de ninguna especie.- De modo que debemos intentar de nuevo para obtener los documentos ilegibles que ya se nos han dado.

Con frecuencia la búsqueda de justicia para juzgar a los violadores de los derechos humanos es como buscar una aguja en un pajar, si consideramos que los violadores de los derechos humanos tienen todo el poder para encubrir sus crímenes,  que antes de que la justicia les alcance siempre tienen un refugio en el mismo país extranjero al cual sirven tan devotamente.

De modo que en la procuración de la justicia debemos también conocer los mecanismos de la extradición, para repatriar a nuestros culpables, o de la aplicación de la responsabilidad por sus crimenes de lesa humanidad cuando visiten ciertos paises, como es el caso de Pinochet en el Reino Unido o los casos juzgados por el juez Garzón de España.

EI derecho a la información es fundamental en la procuración de justicia, especificamente en la lucha contra la impunidad, porque en esta procuración se nos exige la verdad documentada, misma que es garantizada por la Ley de Hábeas Data que posibilta el derecho a la información a todos los ciudadanos que la requieran. Panamá ya la tiene. En Honduras el Comisionado puede obtenerla de cualquier funcionario público, civil o militar, en suntos de interés público.

La falta de independencia de los jueces y magistrados y de todo el sistema judicial, nos ha hecho perder los juicios en la instancia nacional, en contra de un posible responsable de una ejecución extrajudicial y en contra de uno de los asesinos del mártir hondureño por los derechos humanos, Miguel Angel Pavón Salazar, profesor técnico formado aquí en Alemania.

Hoy estamos enfrentados en un juicio contencioso administrativo con el Poder Ejecutivo, contendiendo como inconstitucional una Comisión Interinstitucional integrada por ese poder para defender al Estado de las acusaciones por violaciones a los derechos humanos, porque practicamente tiene las mismas facultades y atribuciones del Comisionado Nacional.

La lucha contra la impunidad pone a prueba nuestras reservas éticas y espirituales, por ello comparto con ustedes esa oración que mi esposa me ha colocadó en la salida del hogar, que leo cada mañana antes de partir: "Señor dame valor parra cambiar las cosas que puedo cambiar. Paciencia para aceptar las cosas que no puedo cambiar. Y sabiduria para conocer la diferencia."

(15 DE OCTUBRE DEL 2005, BOCHUM)